Reconciliación generacional

Ene 22, 2023

“Estoy por enviarles al profeta Elías antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible. Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra con destrucción total”. (Malaquías 4:5-6). “…que el padre viva para los sueños de sus hijos, y que sus hijos sueñen con vivir para su padre” (Lou Engle). William Tennent padre, el iniciador del Primer Gran Avivamiento en Estados Unidos, era la personificación del espíritu de Elías que haría volver los corazones

del padre a sus hijos y los corazones de los hijos al padre. Dios le había dado un trueno en su voz, así como el don de la predicación poderosa, pero su verdadero legado permaneció en sus cuatro hijos. Su sueño no era ser conocido como un poderoso líder del avivamiento, sino enseñar a sus hijos el camino del Señor, ya que ellos, a su vez, cambiarían el curso de su país. Él creó una escuela, llamada
despectivamente por algunos “Seminario de Madera” para sus hijos, para que pudieran capacitarse y llegar a ser formadores de la historia. Y lo fueron. Gilbert Tennent comenzó a sacudir a su país con su llamado profético a despertar la Iglesia adormecida, “la Bella Durmiente de Dios”. A Gilbert no le importaba lo que los hombres pensaran de él, sino solo lo que el Padre lo había llamado a hacer. El gran líder del avivamiento, George Whitefield, escribió sobre Gilbert Tennent: “Los hipócritas se convierten o se enfurecen rápidamente al escuchar su predicación. Es un hijo del trueno y no le importa lo que diga el hombre. Es profundamente sensible a la mortandad y la formalidad de la Iglesia Cristiana en estas partes, y ha dado nobles testimonios en contra de ellas”. Hoy la Iglesia necesita hijos e hijas del trueno que resuenen nuevamente.

Debemos sacudir a nuestro país hasta sus raíces con sus rugidos santos y apasionados. ¿Encontrará Dios en ti a un hijo del trueno? ¿Encontrará Dios en este país a una nueva raza de nazareos que no sepan nada más que hacer la voluntad del Padre?.


Oración intercesora


“Padre, te agradecemos, porque, aun en aquellos días, tú volvías los corazones de los padres a los hijos y los corazones de los hijos a sus padres. Pero, Padre, te rogamos que este no sea el último resultado de la revolución de Elías, sino que, a su vez, como sucedió con Gilbert Tennent, dé a luz hijos e hijas del trueno. Dios, no queremos un cristianismo fácil; queremos un cristianismo violento, bíblico, en los cielos; y gracia y amor en la Tierra” (ver Mateo 1:1).

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